Es el proceso según el cual la matriz se protege en su totalidad con un barniz duro compuesto de Barniz Acrílico Removible y tinta china para oscurecerlo, y que se deja secar.
Cuando está seco, se levanta con un punzón, punta seca u otro utensilio capaz de retirar el barniz, siguiendo el dibujo que se quiera realizar, y dejando la superficie de la plancha al aire.
Una vez levantado el barniz con la forma del dibujo, se introduce la plancha de metal en una solución de agua y ácido (Mordiente de Edimburgo, en nuestro caso), que actuará corroyendo la plancha en las zonas donde se ha retirado el barniz y haciendo una incisión en la superficie de la plancha, que será más profundo cuanto mayor sea el tiempo que actúe el ácido, y la concentración de la solución empleada sea mayor.
Se pueden conseguir varias tonalidades de grises dejando que los negros más intensos sean los que más tiempo quedan expuestos al ácido, mientras que los tonos más claros serán los que menos tiempo corroa el ácido. Se pueden enmascarar trazos que no quieras seguir oscureciendo, tapándolos con goma laca, rotulador permanente o cualquier tipo de esmalte que bloquee el efecto del ácido. Aunque siempre es aconsejable ir haciendo los tonos progresivamente y estampando varias pruebas de estado para ir viendo los resultados obtenidos.
Cada vez que se quiera hacer una prueba de estado, hay que retirar la totalidad del barniz duro con sosa y desengrasar con el proceso explicado, pero sin usar la lija en ningún momento para no estropear lo que ya está mordido.
Se estampa la prueba y cuando se haya limpiado bien la tinta, se vuelve a desengrasar y a aplicar de nuevo el barniz duro para seguir mordiendo (sin tinta china, para que la trasparencia del barniz nos permita ver el diseño por donde lo habíamos dejado).
Se debe ir apuntando los minutos que se sumerje la plancha en cada tono, para ir sumando los tiempos generales y tener control sobre los efectos del ácido.
Siempre hay que protegerse para entrar y trabajar en la sala de los ácidos, que son muy corrosivos. Se deben usar guantes, gafas protectoras, delantal o bata y mascarilla, pues hasta respirar los gases de este ácido, a pesar de no ser tóxico, puede ser malo para la salud. Si entras en contacto con el ácido, hay que enjuagar rápido bajo el agua corriente y en caso de irritación, acudir al médico. En el caso de usar ácidos tóxicos, las precauciones tienen que ser aún más extrictas.
Una vez que hayamos terminado de morder la plancha, estampamos con el tórculo y comprobamos que no se hayan producido calvas. Las calvas son saturaciones producidas por el ácido que crean una mancha tan amplia que no deja que la tinta permanezca y al estampar, queda un parche blanco generalmente fuera de lugar. Aunque a veces pueden sorprender los efectos de los accidentes. Depende de cómo sea la obra, se puede o debe remediar esa calva o no. Para arreglarla hay que bruñir la superficie dañada y repetir todo el proceso de mordida correspondiente a su lugar, volviendo a repetir todo el proceso de desengrasado y protegiéndola en su totalidad con el barniz duro transparente.
***
EJEMPLOS DE OTROS ARTISTAS - AGUAFUERTES
Aguafuerte de Mathäus I Merian, Vista de Sevilla. S.XVII
Aguafuerte de Cornelis Schut, Píramo y Tisbe. 1620-1655.
Aguafuerte de Francisco de Goya, El sueño de la razón produce monstruos, 1797.
Aguafuerte de Anilina, Villa de Leyva
Aguafuerte de María Centeno Pacheco, Auterretrato secuenciado
Aguafuerte de Pedro Castrortega, Iniciación
2012. (Coloreado a mano)
Aguafuerte e Intaglio de Mauricio Jácome, Albo ovíparo.
Aguafuerte y collage de Manolo Valdés, El cubismo nº7
Fuente: Imágenes de Google,
VISTA DE SEVILLA I
Este
año quise experimentar con un tipo de grabado más sobrío, clásico y de
temática costumbrista. Utilicé una foto de una vista de la Giralda ya
invertida para el grabado y realicé el boceto a líneas con estilógrafo.
Foto original
Calqué el dibujo en la plancha y comencé rayando los fondos, que es lo más oscuro de la imagen. Para hacer la trama usé una regla metálica para ayudarme a que salieran las líneas rectas y paralelas. El barniz se iba levantando según rayaba y lo hice en vertical, horizontal y las dos diagonales. Cada vez que terminaba de rayar en una dirección, sumergía 8 minutos en el ácido. Conseguí líneas muy profundas que me darían un negro intenso. El resto de la imagen, se consigue por el mismo método, aunque ya rayé a mano alzada.
Plancha:
Pruebas de estado:
La verdad es que me llevé demasiado tiempo con esta plancha, y eso me hizo desmotivarme con la materia, pues pensé al principio que iba a ser un proceso más fácil de controlar y que no iba a tardar tanto tiempo en hacerlo bien. Pero me he dado cuenta que para hacer una buena serie de estampas de cierta calidad, no sólo hay que tener los medios, sino que el tiempo es un factor a tener en cuenta. Generalmente, los grabadores profesionales se suelen llevar entre 3 y 4 meses para crear un trabajo meticuloso. Pero en ese mismo tiempo yo tendría que haber tenido cinco o seis trabajos, así que cuando vi que el tiempo pasaba y yo no obtenía resultados, lo pasé muy mal y comenzaron los agobios y las desganas, aparte por mi estado anímico en general, que no ha sido mejor esta vez, por mucho que hubiera sido lo que yo quisiera. Y, como le decimos a todo el equipo docente, los horarios fijos, no acompañan nada a que haya un buen ambiente de trabajo. Los talleres deberían ser libres. A eso hay que añadir que por lo general en todos los grupos, las asignaturas que tocan los jueves y viernes, son las que están más sentenciadas. Repito que me gustaría que los que hayan hecho licenciatura intentaran olvidarse de todo lo que han aprendido, y empezaran el plan Bolonia desde cero, sin saber nada. Y que compararan después los cursos anuales a los cuatrimestrales. ¿Qué materia te da tiempo de sentar las bases, experimentar, asentar conocimientos, practicar lo suficiente como para sufragar fallos y accidentes y encima acabar los resultados como un profesional en cuatro meses? Espero que no tengan que pasar muchos más cursos para que la Universidad de Sevilla y el Rectorado haga algo verdaderamente provechoso para los alumnos y no para su bolsillo. Esto es desmotivante. Desesperanzador. Una continua sensación de agobio y presión que lo único que te entran ganas es de huir. Y encima te quedas con la sensación de que te están timando, de que no se está amortizando el dineral que pagamos por nuestros estudios y nuestra preparación. Y, que realmente, van acabando los cuatrimestres y de ninguna materia te puedes sentir "profesional". Es normal que los alumnos vayan a clase con desgana, y eso, si van. Después de tres años se está empezando a notar cómo la gente ya no puede más con este sistema. En la Facultad de Sevilla no se darán cuenta de todo esto hasta que hayan pasado suficientes años como para perder el prestigio y la cola de solicitudes de matrícula.
Plancha:
Pruebas de estado:
La verdad es que me llevé demasiado tiempo con esta plancha, y eso me hizo desmotivarme con la materia, pues pensé al principio que iba a ser un proceso más fácil de controlar y que no iba a tardar tanto tiempo en hacerlo bien. Pero me he dado cuenta que para hacer una buena serie de estampas de cierta calidad, no sólo hay que tener los medios, sino que el tiempo es un factor a tener en cuenta. Generalmente, los grabadores profesionales se suelen llevar entre 3 y 4 meses para crear un trabajo meticuloso. Pero en ese mismo tiempo yo tendría que haber tenido cinco o seis trabajos, así que cuando vi que el tiempo pasaba y yo no obtenía resultados, lo pasé muy mal y comenzaron los agobios y las desganas, aparte por mi estado anímico en general, que no ha sido mejor esta vez, por mucho que hubiera sido lo que yo quisiera. Y, como le decimos a todo el equipo docente, los horarios fijos, no acompañan nada a que haya un buen ambiente de trabajo. Los talleres deberían ser libres. A eso hay que añadir que por lo general en todos los grupos, las asignaturas que tocan los jueves y viernes, son las que están más sentenciadas. Repito que me gustaría que los que hayan hecho licenciatura intentaran olvidarse de todo lo que han aprendido, y empezaran el plan Bolonia desde cero, sin saber nada. Y que compararan después los cursos anuales a los cuatrimestrales. ¿Qué materia te da tiempo de sentar las bases, experimentar, asentar conocimientos, practicar lo suficiente como para sufragar fallos y accidentes y encima acabar los resultados como un profesional en cuatro meses? Espero que no tengan que pasar muchos más cursos para que la Universidad de Sevilla y el Rectorado haga algo verdaderamente provechoso para los alumnos y no para su bolsillo. Esto es desmotivante. Desesperanzador. Una continua sensación de agobio y presión que lo único que te entran ganas es de huir. Y encima te quedas con la sensación de que te están timando, de que no se está amortizando el dineral que pagamos por nuestros estudios y nuestra preparación. Y, que realmente, van acabando los cuatrimestres y de ninguna materia te puedes sentir "profesional". Es normal que los alumnos vayan a clase con desgana, y eso, si van. Después de tres años se está empezando a notar cómo la gente ya no puede más con este sistema. En la Facultad de Sevilla no se darán cuenta de todo esto hasta que hayan pasado suficientes años como para perder el prestigio y la cola de solicitudes de matrícula.
A pesar de tu desaliento, agobio y demás, te entiendo y quiero decirte que es MARAVILLOSO lo que haces. Fuerza el fin lo vale
ResponderEliminarA pesar de tu desaliento, agobio y demás, te entiendo y quiero decirte que es MARAVILLOSO lo que haces. Fuerza el fin lo vale
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